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Me quiero cambiar de Trabajo… ¿Qué debo considerar?

Escrito por Alba Alamillo. Autora del libro «Contrátese rápido y contrátese bien»

Aquellas personas que se atreven a mencionar que se encuentran felices en su trabajo, crean en los demás una intriga enorme. ¿Quién puede estar feliz en su trabajo? O ¿Qué clase de trabajo tienen para que estén tan felices? Una gran cantidad de personas está buscando trabajo porque hay algo, ya sea una cosa o cien, que no les agrada de donde trabajan. Sin embargo, la mayor parte de las veces somos nosotros quienes nos provocamos nuestra infelicidad. Conozco gente que no deja de cambiarse interminablemente de trabajo porque lo que no tiene una empresa lo tiene la otra. ¿Qué porcentaje de estas causas somos nosotros mismos? Debemos evaluar una serie de situaciones antes de decidir buscar algo mejor… que tal vez no llegará.

Tener una discusión con tu jefe. ¿No te parece que la simple convivencia cotidiana puede generar ciertas fricciones? Aquí la clave está no en no tener las fricciones, ya que siempre las va a haber y no sólo con tu jefe sino con tu pareja, con tus hijos o con quién convivas. Aquí la clave está en COMO manejamos estas fricciones. Si somos personas diplomáticas, que cuidamos lo que decimos, que buscamos abiertamente el diálogo esas fricciones probablemente se conviertan en malentendidos que serán resueltos con facilidad. Sin embargo, si nosotros somos conflictivos, agresivos y medio neuróticos una fricción en el trabajo, ya sea con nuestro jefe o con nuestros compañeros o subordinados puede convertir nuestra vida en un infierno. ¿Hasta cuándo? Hasta que nos cambiemos de trabajo. Nos cambiamos de trabajo y pensamos que ahí terminó el problema. Posiblemente sea cierto, pero ese problema termina temporalmente… hasta que surge una nueva fricción. El punto es éste. Al momento de quererte cambiar de trabajo debes evaluar cuáles son las causas que hacen que quieras salir de ahí.

Me pagan muy poco: Primero te pregunto. ¿qué es poco o mucho para ti? ¿En qué parámetro te estás basando para decidir cuál es la paga justa. Para saber esto debes considerar cuánto se le paga a ejecutivos no sólo de tu nivel sino de tu misma área en empresas similares. Si verdaderamente, después de toda la investigación decides que en realidad te pagan poco, antes de aventurarte a buscar un nuevo empleo, mejor siéntate a hablar con tu jefe al respecto, planea con anticipación lo que vas a decir para que no haya sorpresas en el momento, ve cómo vas a manejar la situación y como vas a responder a los “nos” que te dé tu jefe. No quites el dedo del renglón, insiste hasta que consigas lo que te corresponde.

Si ya ves que no hay manera porque la empresa no tiene los medios para darte una paga justa, entonces sí, a buscar una nueva posibilidad por otro lado.

Odio a mi jefe. Esta es una razón de mucho peso para decidir cambiarnos de trabajo, a nadie le gusta vivir en el constante estrés que implica tener que convivir con un ser tan odiado: Tu jefe déspota y cruel. Una pregunta: ¿El jefe es déspota y cruel con todos o sólo contigo? Si lo es sólo contigo evalúa qué parte del problema es tu responsabilidad. Así como tú tienes algún tipo de rencor contra él probablemente él tenga algún rencor hacia ti. ¿Qué te impide iniciar el diálogo? Al momento que te sientes con tu jefe a platicar descubrirás que seguramente él te tiene algunas cosas guardadas que tú ni te imaginabas o que ya habías olvidado. Arregla tus problemas con tu jefe y con buena disposición de ambas partes puedes mantener tu trabajo sin necesidad de cambiarte a uno nuevo.

Por otro lado hay gente tan insoportable que no se lleva con nada ni nadie. Este es el caso del jefe al que nadie de su área soporta: Bueno, ¿puedes hacer algo para lograr llevarte tú bien con él? Habrá algo que puedas hacer.

Si consideras que es total y absolutamente imposible, y ya hiciste todo lo que estaba en tus manos para componer la situación, entonces sí… ponte a buscar otro trabajo.

Me llevo mal con mis subordinados y/o compañeros. Lo mismo que en el punto anterior, evalúa qué parte del problema es tu culpa, evalúa de qué manera lo puedes arreglar. Te voy a decir algo, hay gente conflictiva, neurótica e intratable en todos los rincones del planeta. No va a haber manera de que te puedas escapar de eso, si crees que cambiándote de trabajo, tu situación va a cambiar de la noche a la mañana, estás en un error. Aquí debemos buscar la forma de lograr la armonía. Si nosotros comenzamos seguramente varios compañeros nos seguirán y podremos tener un ambiente de trabajo más agradable. Ahora, si es imposible mejorar las cosas, ve también qué posibilidades hay, que, aunque no logres cambiar nada de tu situación ¿De qué manera puedes lograr que no te afecte?

Llegué a un tope laboral y no hay modo de que siga ascendiendo. Muy buen punto y totalmente válido. Esto sucede más frecuentemente en las empresas familiares, en donde los puestos directivos están ocupados por hijos, hermanos, primos, compadres y sobrinos. No hay cabida para que un externo ocupe tu lugar. Tal vez seas un elemento in-dis-pen-sa-ble en la empresa, en ese caso no te van a dejar ir y van a acceder a darte más responsabilidad. Puedes buscar un ascenso y demostrar porqué lo mereces ya sea que estés en una empresa familiar o en una más institucionalizada. Si lo consigues felicidades, si no, no te desmoralices, hay empresas que su propia estructura les impide rebasar ciertos niveles, en ese caso es completamente recomendable un cambio de empresa en donde tengas mayor proyección.

No me gusta mi trabajo. Este punto es muy común y absolutamente válido también. Te voy a decir porqué, el ganarse la vida haciendo lo que no nos gusta, puede volverse un verdadero martirio, nos lleva directamente a la desmotivación y puede acarrearnos hasta algún tipo de depresión. Esto sucede en todo tipo de empresas en donde casualmente uno cae en un puesto que resulta que siempre no nos gustó, pero sucede más frecuentemente en las empresas de nueva creación, son empresas que generalmente no tienen puestos definidos y por lo tanto, te contratan para una cosa pero terminas haciendo otra, porque por lo mismo que no hay estructura organizacional, los empleados se vuelven comodines que terminan apagando fueguitos en el área que la requiera. Finalmente terminan el algo diferente para lo que los contrataron inicialmente. Es buena idea querer buscar un trabajo nuevo, pero antes de buscar, ¿porqué no haces un cambio lateral en la empresa en la que te encuentras? Por lo pronto donde trabajas ya te conocen, puedes buscar a la persona encargada del área a la cual te gustaría moverte y platicar para que evalúes si es eso lo que te gustaría hacer a ti.

En este tipo de situaciones no recomiendo cambiarte de empresa por una razón. ¿porqué yo, si no te conozco te iba a dar trabajo en algo que no tienes experiencia – o por lo menos experiencia reciente-? Busca los medios en tu misma empresa, va a ser mucho más fácil el cambio que si decides cambiarte de trabajo.

Hay otro tipo de situaciones en donde sí es recomendable cambiarte de trabajo, éstas son: Si la empresa está tan mal económicamente que ya anunciaron recortes fuertes de personal, puede que no estés dentro de los elegidos, puede que sí. Cuando haya acoso sexual o petición de favores de algún jefe corrupto y mal intencionado.

Cuando en la empresa se estén llevando a cabo actos ilegales, si no sales a tiempo, tú puedes verte implicado en las consecuencias.

Mi consejo aquí es el siguiente, antes de buscar un nuevo trabajo, busca antes la razón por la cual estás infeliz, ya que la hayas encontrado, evalúa si hay forma de arreglar esa situación sin que tengas que cambiarte de empresa. Si lo logras, perfecto, si no hay forma, entonces lo mejor que puedes hacer con tu vida es buscarte un trabajo nuevo procurando, antes de contratarte en él que no se vayan a repetir las situaciones que te sucedieron en el trabajo anterior.

Cómo evitar un Despido Laboral

Escrito por Alba Alamillo. Autora del libro «Contrátese rápido y contrátese bien»

En estos momentos de cambios, reestructuras fusiones y escisiones en tantas empresas en donde ya nadie tiene garantizado su trabajo y en cualquier momento podemos ser parte de un recorte, hay cosas que todavía podemos hacer antes de quedarnos sin trabajo.

Para sobrevivir en tu trabajo, debes volverte lo más productivo e indispensable posible. Al momento de oir rumores de recorte de personal en tu empresa la actitud normal de los empleados de la misma es de preocupación e improductividad, como ven su trabajo en función a un plazo muy corto de tiempo es fácil perder la motivación y deseos de superación. Estos tips pueden ayudarte a volverte más indispensable:

1.- Piensa como si tú fueras el jefe.

No sólo te quejes por todo lo que está mal y por lo que no te parece de la empresa y de tu trabajo, mejor piensa en maneras de mejorar la situación. Trabaja en solucionar problemas no en ser un problema más. Averigua de qué manera se pueden optimizar los procedimientos de la empresa y cómo se puede ahorrar tiempo, dinero e incrementar utilidades. No te conformes sólo con hacer tu trabajo y limitarte a rezar para que no seas tú a quién despidan.

2.- No te pierdas en el detalle.

Trata de ver las cosas desde arriba. ¿Lo que haces en estos momentos tiene alguna relevancia con la misión de la empresa? O es simplemente que ya te encasillaste en tu trabajo y no volteas a ver a ningún lado más. Haz una revisión periódica con tu jefe de tus actividades, entendiendo el porqué de cada función para el cumplimiento de las metas del área en la que estás y así mismo para el cumplimiento de la misión de la empresa, dando prioridades a cada actividad y viendo la forma de implementar la forma de realizarlas.

3.- Hazte acreedor de más responsabilidad.

Esto no significa necesariamente obtener más trabajo y salir a las 12.00 pm diario en vez de salir a las 8.00 pm como lo hacías antes, no se trata de volverte un burrito de carga sino de un líder con criterio. Vé qué tanto de tu trabajo repetitivo se puede delegar a alguien con mucho menos capacidad que implique un costo mucho menor para la empresa, y así tu te puedes dedicar sólo a supervisar, así no sólo no estás pidiendo que no te despidan, sino que en la primera oportunidad te promuevan, y en caso que esto no sucediera tú te promoviste ya al demostrarte a ti mismo que ya estás listo para dar el brinco en caso que decidieras cambiarte de trabajo.

4.- Identifica tus argumentos:

Al tener buenas ideas para mejorar situaciones, evalúa los pros y contras de implementarlas, considerando no sólo a tu área sino el beneficio general de la empresa, ya que tengas estos argumentos háblalo con tu jefe, NUNCA te lo brinques. Haciendo esto es más fácil que tu jefe considere tu opinión como profunda e inteligente y no superficial. Al ser esa idea tuya NO LA SUELTES y trata de darle seguimiento lo más que puedas para que en el momento de que se implemente seas tú quién se lleve el mérito, y no sólo se quede ahí, ofrécete voluntariamente en capacitar a las personas que tienen que hacer cambios en sus hábitos de trabajo para que el cambio sea todo un éxito.

5.- Busca un puesto dentro de tu empresa que sea indispensable.

Si estás inseguro de tu estabilidad en tu puesto actual, evalúa cuál es el área de la empresa que es indispensable para su adecuado funcionamiento por ejemplo las áreas de producción, de operaciones, de ventas y capacitación en el caso que sean empresas de servicios y atención a clientes son generalmente de los últimos en ser recortados. Ya identificada el área en la que te gustaría entrar piensa en argumentos de porqué crees que podrías hacer ese trabajo, para darlos cuando pidas tu reubicación. Y en el momento de cambiarte de área trabaja con entusiasmo como el que más, para que muestres tu valor ante la empresa. OJO nunca te cambies a un puesto que no te llama la atención solamente para mantener tu trabajo, es mejor entonces que empieces a buscar trabajo, sin descuidar el que actualmente tienes.

6. Mantente actualizado para que estés en constante demanda:

Con la globalización que está hoy de moda, con el tratado de libre comercio y con los avances tecnológicos que hay, lo menos que puedes hacer es capacitarte al máximo en dos temas que son indispensables para tu desarrollo profesional: El inglés y la computación. El inglés no basta con que hayas tomado clases en alguna época de tu vida, debes practicarlo constantemente y conocer a la perfección los tecnicismos del área en la que te estás desarrollando, debes poder hablarlo con fluidez, ser capaz de entender varios acentos y debes también escribirlo sin faltas de ortografía. Lo mismo pasa con la computación, es indispensable conocer Windows y Office, y algunos programas específicos de tu profesión, porque así te mantienes cotizado en el ambiente laboral, ya sea en tu empresa o en caso de tener que empezar a buscar trabajo no se te dificulte en lo más mínimo.

7.- Mantén buenas relaciones dentro de tu empresa.

Aquí no me refiero necesariamente a que estés de barbero con los altos directivos, pero que por lo menos ellos sepan perfectamente quién eres y qué puesto desempeñas en tu trabajo, si tienes logros ve la forma lo más discreta posible que los sepan. Esto es muy importante, no vaya a ser que cuando ya no estés nadie lo haya notado y que tus logros se los haya adjudicado un tercero que esté ahorita recibiendo los honores que a ti te correspondían.

Recuerda una cosa. En el momento que estés ocioso, tu trabajo peligra independientemente que hayan anunciado recortes de personal o no, sé útil en la medida de tus posibilidades para que cuando quieran prescindir de TU PUESTO, decidan tal vez desaparecer el puesto pero quedarse contigo.

¿Qué implica la seguridad en ti mismo en tu vida?

Escrito por Alba Alamillo. Autora del libro «Contrátese rápido y contrátese bien»

“El poder se basa en la percepción.
Si crees que lo tienes, entonces lo tienes.
Si crees no tenerlo, aunque lo tengas, lo pierdes”
Herb Cohen – Negociador

¿Cuántas veces pensamos lo siguiente? “Hubiera dicho esto, hubiera reaccionado así, Si hubiera procedido de tal o cual manera, los resultados hubieran sido diferentes – más favorables para mí- por lo menos”. Esto sucede así, porque en el momento de la verdad, en el momento del diálogo, en el momento de la negociación, perdemos nuestra seguridad, al perder la seguridad las consecuencias pueden ser las no deseadas. Dejamos que la otra parte nos inhiba, ya sea por su personalidad, por su carisma, por su jerarquía o por lo que sea, nos apocamos, nos acobardamos y terminamos cediendo. No me refiero aquí para nada al hecho de pelear, el punto es llegar a un acuerdo tanto con el jefe, con tu pareja, con tus hijos, con quién sea en los términos de GANAR GANAR.

Siempre nos encontramos en una postura de negociación en nuestra vida. Negociamos con la familia a dónde vamos a salir, negociamos con nuestros hijos las reglas a imponerse en la casa, negociamos con nuestro jefe un aumento de sueldo, negociamos con el reclutador nuestra posición y sueldo en la empresa a trabajar, negociamos con nuestros subordinados etc, etc. La vida es una continua negociación, sin embargo en el momento que abusamos de nuestro poder como padres, como jefes por el simple poder jerárquico, nos volvemos no sólo prepotentes, sino totalmente dependientes a un título que es el que nos da poder, sin que radique el poder real dentro de nosotros, ya que si se nos despoja de ese título, nos volvemos nada. (Lo que nosotros sabíamos muy en el fondo de nuestro corazón que éramos – finalmente)

El hecho de ser inseguro y sentirnos mal con nosotros mismos, – sea la causa que sea- nos va a llevar invariablemente a un repetitivo: Yo pierdo – Tú ganas. Si el problema terminara aquí, tal vez, ni siquiera lo llamaría problema, sería una situación aislada, pero al momento en que esta actitud se vuelve un estilo de vida, las consecuencias pueden ser peores todavía. Se vuelve un círculo vicioso: “Yo no valgo”, por lo tanto no busco mi beneficio, y al recibir y aceptar condiciones injustas, vamos mermando poco a poco nuestra auto estima para volver a un todavía mayor “ Yo no valgo”

Para llegar a esta conclusión tenemos que analizar el porqué, la raíz del “Yo pierdo – tú ganas” Nos justificamos con excusas nobles tales como: “ Yo cedo, soy un héroe”, “Más vale un mal arreglo que un buen pleito”, “Soy muy noble”, “Qué más da, finalmente lo que me tocó no fue tan malo”, “Pudo haber sido peor”.Esto va creando un resentimiento, un coraje, un odio hacia todos y un enojo interno.

Emma Godoy, autora mexicana, en uno de sus libros comenta muy sabiamente. “La gente más mala y traidora es la más débil, la más cobarde, aquella que prefiere enterrar el cuchillo por la espalda para no dar la cara” (Véase 11 de septiembre 2001), eso es preferible que negociar cara a cara y presentar los puntos de vista asertivamente.

Eso por un lado, por otro está también la gente que aguanta, aguanta, aguanta en un interminable “Yo pierdo” Y eso genera un deterioro automático en su salud, paz mental, felicidad y relaciones con sus semejantes, sin que esto conlleve a la agresión, ya que esa agresión la asimilan logrando “agredir” su cuerpo con todo tipo de enfermedades y malestares haciendo que nos volvamos la eterna víctima.

Curiosamente el acuerdo “Yo gano – Tú pierdes” Viene como consecuencia del “yo pierdo tú ganas” Ya que en la medida en que nos veamos reprimidos por personas con mayor poder, ocasiona que nosotros abusemos de aquellas a quienes consideramos de menor jerarquía o poder, pero el poder nos dura lo que nos dura el papelito – como lo habíamos visto anteriormente-

Todo esto se origina de una falta de amor propio que genera poca seguridad en nosotros mismos. En la medida en que nosotros nos consideremos una personas valiosas – que lo somos-, unas criaturas perfectas – que lo somos-, unos seres humanos únicos y personas con cualidades muy valiosas. No sólo nos empezamos a sentir mejor con nosotros mismos, sino que nos volvemos socialmente más adaptados logrando tratos más benéficos para nosotros sin dejar de considerar el punto de los demás, ya que ellos son personas valiosas, criaturas perfectas, únicos y con cualidades valiosas. Esto nos lleva a acuerdos más satisfactorios cosa que eleva nuestra calidad de vida y nuestra paz espiritual considerablemente. Como menciona sabiamente la Biblia “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

¿Te amo más a ti de lo que me amo a mí y por lo tanto yo me arruino y vivo amargado eternamente? ¿Me amo más a mí y te fastidio a ti y paso por encima de ti para lograr mi propia satisfacción?

O al amarme y amarte busco la manera en que ambas partes estemos contentos para poder seguir haciendo acuerdos y negociaciones amistosas y benéficas PARA AMBOS por mucho tiempo.

Volvamos al detalle, a la vida cotidiana, a nuestras relaciones interpersonales del día a día, al sentirnos seres humanos valiosos y merecedores de respeto, las frases frustrantes como “Hubiera dicho esto”, “hubiera actuado así- y no hubiera perdido tanto” “Abusaron de mi nobleza” empiezan a desaparecer y poco a poco se ven reemplazadas por frases como: “Qué bien manejé esta situación”, “No pensé que hubieran accedido tan amistosamente a mis peticiones”, “Somos amigos y socios”, “La gente es buena y accesible”

Aquí manejé los dos extremos, el momento en donde se inician los resentimientos comenzando con una careta de sumisión y terminando en actos horribles y despiadados, o considerando nuestra valía y la de los demás, siguiendo un camino de igualdad y terminando con una autorrealización personal y profesional indescriptible. La diferencia en estas dos situaciones es simplemente decidir qué camino queremos tomar y cuáles son los resultados que queramos obtener.

Ahora yo te pregunto: ¿Cuál calle prefieres transitar?

Como enfrentar la pérdida de tu empleo

Escrito por Alba Alamillo. Autora del libro «Contrátese rápido y contrátese bien»

¿Cómo nos sentimos al momento de que nos anuncian que estamos despedidos? En ese momento nos bloqueamos, no lo podemos creer y nos sentimos la persona más desgraciada del mundo. Tienes miedo al ya no contar con tu sueldo mensual y sientes rabia contra tu jefe, contra la empresa, contra tu país y contra todo. Tienes sentimientos de confusión y culpabilidad. Si fueras tan bueno esto no te hubiera sucedido ¿No es verdad? En absoluto, tu despido, en caso que hayas sido parte de un recorte por reestructuración, no tiene nada que ver contigo y tu jefe ha de lamentar muchísimo el hecho que hayan tenido que prescindir de ti.

La pérdida de un trabajo, por más justificada que sea ocasiona un duelo semejante al de cualquier otra pérdida, como el de un divorcio o la muerte de un ser querido. Estos sentimientos son normales y no debemos avergonzarnos de tenerlos. Siempre pasamos por un proceso común que es el siguiente: negación, coraje, negociación, depresión y aceptación.

Negación es pensar: «Esto debe ser una broma» «No me pueden hacer esto a mí» «Seguro hay una equivocación» Ya que descubres que no es ninguna broma viene el coraje y el resentimiento hacia el patrón. «Esto no es justo» «No pueden hacerme esto a mi»

El siguiente paso es la negociación para que dejen quedarte y que ellos pongan sus condiciones, cosa que nunca sucederá. Entonces viene la depresión y después la aceptación calmada y fría de la situación.

En el momento de la depresión, si ésta se prolonga demasiado el miedo y la vergüenza pueden inmovilizarte en tu búsqueda de trabajo, puedes sentirte muy tímido para solicitar trabajos en los que podrías desenvolverte muy bien, y tal vez quieras tomar la primera oferta que te hagan por mala que ésta sea.

¿Qué debes hacer y qué debes evitar al estar desempleado?
· Evita recurrir al alcohol o a pastillas para dormir, que sólo te evaden del problema y pueden traerte en el corto plazo más problemas con qué lidiar, problemas que te pueden originar debilidad y enfermedades.
· Si te sientes poca cosa, pregunta a alguien de tu confianza qué es lo que les gusta más de ti, y si alguien de tu confianza te conoce en el ámbito laboral pregúntale qué era lo que más admiraba de ti, o qué cosas él consideraba que hacías bien. Tal vez tu en este momento no recuerdes nada positivo de ti mismo.
· No dejes que la amargura y el resentimiento te invadan al momento de las entrevistas el mencionar una demanda laboral o si hablas negativamente de la empresa de la que saliste, sólo puede perjudicarte. Si quieres desahogarte hazlo con algún familiar o amigo que no tengan nada que ver con tu aspecto laboral.
· Una forma de salir adelante es ver tu situación lo más positivamente posible. Tu pérdida de trabajo es una situación que te va a hacer más fuerte y te va a abrir más puertas. Cada cosa que hagas para buscar trabajo va a ser valioso aunque los resultados no sean aparentes inmediatamente.
· Asegúrate que el área o la industria en la que estás buscando es la adecuada para ti. Muchos candidatos asumen que su última posición es en la que deben de continuar, cuando en realidad lo que deberían de buscar es un cambio de vocación.
· Sé honesto contigo en qué tanto tiempo le estás dedicando a buscar trabajo, haz un diario de actividades en donde pongas las cosas que haz hecho y los pendiendtes que te faltan.

Recuerda, la pérdida de el empleo es algo cada vez más común en éstas épocas, no tiene nada de vergonzozo que hayan hecho un recorte y que tú hayas estado en él, manéjalo con tranquilidad y madurez, haz de tu búsqueda de trabajo un trabajo de tiempo completo, y en muy poco tiempo vas a tener un trabajo igual o mejor que el que tenías antes.

Reglas durante la entrevista

Escrito por Alba Alamillo. Autora del libro «Contrátese rápido y contrátese bien»

Durante la entrevista hay ciertos parámetros que debemos seguir para que ésta sea un éxito, son pequeños detalles que al desconocerlos y no aplicarlos nuestro puntaje en la entrevista disminuye considerablemente dándole así más oportunidades a los otros candidatos que se están entrevistando para el mismo puesto. Este tipo de situaciones son las siguientes:

1. Cuando entres a la oficina de la persona que te va a entrevistar, no te sientes hasta que el entrevistador te invite a hacerlo.
2. Nunca llames al entrevistador de tú sin haberle preguntado antes, si él te habla de Usted ni siquiera consideres tutearlo.
3. Al sentarte pega toda la espalda en el respaldo y hazte 10 cm para adelante en posición de escuchar atentamente.
4. Cuida dar respuestas estructuradas cuando se te pregunte algo, pero no te salgas por la tangente con el afán de echar mucho rollo para hacerte el interesante porque puede denotar nerviosismo. Cuando la gente está nerviosa, tiende a charlar interminablemente.
5. No invadas el escritorio del entrevistador con los brazos o con tus cosas.
6. Si por alguna razón el entrevistador es interrumpido recuerda lo último que se mencionó, para cuando vuelvan a retomar la plática le menciones en lo que se quedaron.
7. Cuida que el contenido de la entrevista sea un diálogo entre el entrevistador y tú y no un interrogatorio, para esto verifica que cada una de las partes hable la mitad del tiempo no que una parte hable considerablemente más que la otra, porque si tú hablas más vas a parecer egocéntrico y desinteresado en las necesidades del entrevistador, si tú hablas menos vas a parecer apático y sin muchas ganas de venderte a ti mismo que digamos.
8. Al terminar la entrevista verifica que sabes cuál es el siguiente paso a seguir. ¿Te van a llamar ellos? ¿Debes de llamarlos tú? ¿Alguien más te va a entrevistar?

El entrevistador va a comentarte cosas de la empresa, algunas ya las sabes, otras no, si hay algo que admires de la empresa dilo, y fundaméntalo. De nada sirve decir “Quiero trabajar en tu empresa porque es líder en su ramo si ni siquiera sabemos de que ramo se está hablando.”

Así como en el transcurso de las entrevistas tú debes convencer al entrevistador que tú eres la persona indicada para el puesto, asimismo tú debes averiguar si esa es la empresa y el trabajo que te gustaría desempeñar, cuánta química tuviste con tu jefe y con el ambiente de trabajo en general, cuántas posibilidades de desarrollo tienes y qué tan lejos te queda de tu casa. Hay muchas empresas que por política no te contratan si vives en el otro extremo de la ciudad porque consideran que la distancia puede convertirse en el mediano plazo en un factor importante para que decidas renunciar al trabajo.